El fracaso de Mou

Los esfuerzos de miles de madridistas ayer se vinieron abajo como un castillo de naipes. Finalmente el Borussia (http://www.bvb.de/) es uno de los equipos que jugarán esta final de campeones 2013. Los merengues solo tenían una palabra en el diccionario, y esa era la de REMONTADA. Una remontada que no se veía tan lejana sino que era posible, y el Real Madrid estaba dispuesto a dejarse la piel en el campo por conseguirla.

Ambos equipos saltaron al campo. A un mismo terreno de juego pero con distintas mentalidades. Los de Klopp (http://www.culturaredonda.com.ar/2013/02/jurgen-klopp-el-cerebro-de-la-revolucion.html)    salían confiados, los cuatro goles marcados en su campo les hacía gozar de una ventaja envidiable y veían como con la máxima seguridad eran los futuros jugadores de la siguiente y última fase de la Champions. Los de Mourinho saltaban al terreno con todas las fuerzas suficientes para abatir al monstruo amarillo que era dueño del encuentro. Unos espartanos dispuestos a dejarse la vida en campo con tal ganar y devolver a la afición madridista todo lo que les había dado.

Pese a jugar el último y decisivo partido en el Santiago Bernabeu, los astros tampoco estuvieron de nuestra parto, o por lo menos en toda la primera parte y gran parte de la segunda. Numerosos tiros a puerta y claras ocasiones que no terminaba en materializarse en el tan ansiado gol.

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Pero a falta de 10 minutos para el final del encuentro, en el 83” Benzema, tras un centro, colaba el esférico entre los tres palos de la portería alemana. Las gradas del estadio estallaban en gritos, aplausos y ánimos para los jugadores blancos que acortaban un poco más la distancia. No habían pasado un par de minutos de este primer gol cuando una jugada peligrosa en el área del Borussia terminaba con un disparo, de manos del defensa sevillano, Sergio Ramos, prácticamente invisible para el cancerbero alemán. 3-4. El Santiago Bernabeu se venía abajo. La afición veía como la remontada era posible y se estaba produciendo, solo un gol más y los madridista volvían a soñar de nuevo con esa décima copa de Europa.

El equipo alemán comenzaba a ponerse nervioso, los que antes se aprovechaban de esos tres goles de ventaja veían como los blancos les iban comiendo distancia en el marcador, empezaban a temer por su puesto. Y el miedo lo que hace es sacar la peor cara de cada uno, como se pudo ver en todas y cada una de las acciones de Klopp y sus secuaces. Cambios a falta de un minuto para el final, faltas y teatro por parte de los jugadores que hacían perder más y más tiempo del poco que habían añadido.

Finalmente, tras noventa minutos de partido y cinco añadidos el Madrid se quedaba una vez más a las puertas de la final de la Champions como en años anteriores. Lágrimas en los ojos de los jugadores que vieron como el último tren se les escapaba de las manos y no podían hacer nada por impedirlo. La afición blanca tras el encuentro agradecía a sus jugadores el juego, la lucha y las fuerzas que habían dejado esta noche en el terreno de juego. Todo lo que estuvo en sus manos lo aprovecharon pero no pudo ser, y es el Borussia el que jugará esta final de la Champions 2013.

MCG